sábado, 10 de noviembre de 2012

La organización política de la nueva españa



Primera etapa : 

Gobierno de cortes, luego de la conquista de México-Tenochtitlan, cortés asumió  el gobierno con el cargo de capitán  general de las tierras conquistadoras y gobernador de la nueva España en 1521

Segunda etapa:

Gobierno de los oficiales reales y jueces de residencia. Durante su ausencia, cortés dejo a cargo de la nueva España a oficiales reales , pero la situación se agravo por las luchas entre los conquistadores, que llegaron a la violencia.


Tercera etapa:

La primera audiencia. Como la situación continuaba totalmente desordenada, el rey decidió nombrar a un gobernador compuesto pro cinco personas: un presidente y cuatro oidores, pero estos actuaron incorrectamente y abusaron de su autoridad.

Cuarta etapa:

La segunda audiencia. En contraste con los integrantes anteriores, la segunda audiencia actuó con honestidad, teniendo como presidente a Sebastián Ramírez de fuenleal.

Quinta etapa: 

El virrey. En 1535 el rey decidió enviar a un representante, quien llevaría el titulo de virrey, el cual seria la máxima autoridad en la nueva España. 

La división territorial de la nueva España


El proceso de conquista en la nueva España dio como resultado una nueva organización política que se vio reflejada en el mapa y que día a ida se modificaba al ampliarse las zonas de sometimiento. se crearon  y dividieron los territorios según los intereses y las políticas de los conquistadores, principalmente los económicos-políticos de la corona española, y los de la iglesia. La primera forma de ejercer el poder político y de manifestar le toma del territorio fue la creación de ayuntamientos o cabildos. 

Los mas importantes fueron los creados por Hernán Cortés en veracruz  en 1519, y el coyoacán, en 1521.

Pero apartir de 1550, con un mayor conocimiento del territorio de nueva España  ésta fue dividida en 4o provincias gobernadas  cada una por un alcalde mayor, permitiendo así centralizar el poder, y a finales del siglo xvl la jurisdicción geográfica de la nueva España tenian audiencia por cuestiones de tipo judicial.


La organización económica de la nueva España 

La política económica de España se caracterizó por obstaculizar el progreso lógico de la Nueva España en todos sus aspectos: régimen de propiedad, agricultura, minería, ganadería, industria, trabajo y comercio.Creó latifundios, prohibió cultivos, señaló privilegios a la minería, dictó leyes contrarias a la industria y estancó los principales productos; fomentó la encomienda, el repartimiento y el peonaje, de igual manera restringió el comercio exterior.



La propiedad de la tierra 

El territorio conquistador fue considerado propiedad del rey de España,quien era el único capaz de enajenar en su favor de sus súbditos 

La propiedad comunal:  


  1. Fundo legal: en 1767 el rey creó el fundo legal, con el que concedió a los indígenas el derecho legal sobre tierras.
  2. Ejidos: se establecieron en las afueras de los pueblo eran tierras comunales para los indios.
  3.  Tierra de propios: tierras públicas destinadas a satisfacer las necesidades de los pueblos.
  4. Mercedes: propiedades otorgadas por el rey.
  5. Latifundios: grandes extensiones de tierras  en poder de una persona..
  6. Congregaciones:  era la unión de los ranchos de familias mestizas para cultivar sus tierras en común. 


La mercedes

Los conquistadores españoles despreciaban los trabajos del campo, pero con la explotación de la mano de obra indígena

Tras los primeros años de la conquista, se escaseó tanto la mano de obra indígena como los alimentos; esta situación dio origen a las mercedes reales, las cuales consistían en alternar la producción de alimentos a gran escala.  Fueron el origen  de la propiedad privada.

Esté se comprometía a no rentar las tierras entre 6 años, ni venderlas a ningún monasterio, hospital o institución religiosa. 
Estas disposiciones no se representaron y fue común el trafico de las mercedes, así como la dificultad de establecer demarcaciones exactas por la falta de levantamiento topográfico. 



LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS 


La agricultura.

La base de la alimentación en esta época fueron los cultivos indígenas: el maíz, el fríjol y el Chile  que se producen en casi todo el país.

Muy importante también fue el cultivo del maguey de pulque, pues la embriaguez se extendió de manera alarmante entre los autóctonos después de la Conquista.

En cambio los conquistadores aclimataron nuevas plantas: el trigo, que prosperó en las tierras templadas y frías; el plátano, el arroz y la caña de azúcar se extendieron en la tierra caliente. La plantación de árboles frutales traídos de España se difundió rápidamente, aun entre los nativos, debido a los misioneros.

El cultivo de la morera y la cría del gusano de seda adquirieron enorme importancia en el Siglo XVI, pero luego fueron prohibidos, así como el cultivo de la vid y el olivo.
Otros cultivos coloniales preferidos fueron los de la cochinilla, insecto que se cría en los nopales y produce un color púrpura; el de la vainilla, el añil y el tabaco.
Las causas del atraso en la agricultura en la época colonial mexicana fueron las siguientes: La mala distribución de la tierra, que originó el latifundismo; los mayorazgos, cuyos poseedores estaban ausentes o no tenían interés en sus propiedades; los bienes de manos muertas, que dejaban sin cultivar grandes extensiones; la falta de buenos sistemas de irrigación, y la prohibición para ciertos cultivos.
Aunado a esto, los españoles, los mestizos y los criollos consideraban a la agricultura una ocupación inferior, por esta razón las haciendas estuvieron en manos de capataces negros, los dueños se conformaron con tener una renta anual sin que les interesara realizar mejora alguna. 



Ganadería.
La caballada y el ganado vacuno, traídos de España, se propagaron rápidamente. Lo mismo ocurrió con la cría de ovejas, cerdos y gallinas, aún entre los conquistados.
A fines del Siglo XVI existían manadas de toros y caballos sin dueño. Se inició también un comercio muy intenso de ganado vacuno y de productos de los mismos. Los cueros se enviaban a España con el objeto de aprovecharlos en las industrias.




El comercio. 
Los artículos principales que España enviaba a México, por medio de flotas que anualmente hacían su recorrido, eran aceites, aguardientes, objetos de hierro, lencería, telas manufacturadas en Holanda e Inglaterra, jarcias, papel, vajillas, etc., además de los productos procedentes de las Filipinas que la Nao de China traía al puerto de Acapulco. Este último acontecimiento fue motivo de interesantes ferias, a las que concurrían comerciantes de distintas partes de la Nueva España para comprar perlas, especias, muebles, perfumes, ámbar, telas de seda, seda cruda, floja y torcida.Las prohibiciones al comercio exterior impidieron el comercio directo entre Nueva España y las Filipinas, entre nueva España y Buenos Aires, entre Perú y Nueva España, pues el comercio autorizado sólo podía efectuarse a través de los únicos puertos habilitados de España: Cádiz y Sevilla; y los de América: Veracruz, Panamá y Cartagena.





La minería.

Fue ésta la actividad económica más importante de la Nueva España, debido a que el concepto de riqueza de la época se basaba en la cantidad de metales preciosos que poseyeran tanto los pueblos como los individuos. Otros factores favorecieron el desarrollo de la minería: La mano de obra muy barata o gratuita de los esclavos; los privilegios concedidos al gremio de los mineros; el interés de la Corona por el Real Quinto que percibía y la no intervención de la Iglesia en los negocios de minas.

Centros mineros: una vez consumada la conquista, comenzó a explorarse el territorio de la Nueva España en todas direcciones por los gambusinos en busca de minas. A fines del Siglo XVI eran conocidos varios de los minerales más importantes de oro y plata; los centros mineros más importantes fueron: Zacatecas, Sombrerete, Fresnillo, Nombre de Dios, Santa Bárbara, Guanajuato, Tasco, Tlalpujahua, Pachuca, Oaxaca, etc. En el Siglo XVII las minas más importantes que se descubrieron fueron las de San Luis Potosí, y en el Siglo XVIII, las de Real de Catorce.



La organización social y cultural de la nueva España.

Sistema de  castas en la nueva España
























El sistema de las castas era una estratificacion social en los tiempos del Imperio Espanol(entre los siglos de XVI y XIX). Que dividia a personas en razas, cruzas o castas. En cual las personas de razas eran aquellos como los blancos, espanoles, indigenas y africanos puros de sangre o bien quienes tenian la sangre limpia. En cambio las cruzas o castas eran aquellos quienes tenían la sangre manchada.


El blanqueamiento no se aceptaba para la "raza" negra. Por ejemplo, un torna atrás era una
persona nacida de la unión sexual de dos "blancos", pero que tenía características fenotípicas de "negro". Esto era porque la sociedad hispanoamericana colonial asociaba un atavismo (eso es a decir, tendencia a reproducir tipos originales) a los negros. El miedo era que no importar cuantas generaciones de blancos una persona tenía, si tenía una abuelo o bisabuelo negro, los rasgos negros volvían a salir en la persona. Existían varias decenas de nombres para todo tipo de posible mezcla de negros con las otras dos razas, a veces con definiciones múltiples. 


La iglesia y el regio patronato indiano 


El Patronato regio consistió en el conjunto de privilegios y facultades especiales que los Papas concedieron a los reyes de distintas monarquías europeas del Antiguo Régimen y que les permitían, al principio, ser oídos antes de una decisión Papal o elegir directamente en sustitución de las autoridades eclesiásticas, a determinadas personas que fueran a ocupar cargos vinculados a la Iglesia Católica.


La desintegración del Imperio Romano primero, y del Sacro Imperio después, junto con el proceso de rápida cristianización de la mayoría de los territorios que se encontraban en los mismos, dio lugar a la creación de numerosos y pequeños reinos, enfrentados las más de las veces, pero que mantenían unas mismas creencias espirituales. Así, el poder de los Papas se fue incrementando, no sólo como autoridad espiritual, sino como autoridad terrenal también dando lugar a una suerte de teocracia. El poder de la Iglesia se refuerza con el paso del tiempo, y los pontífices dirimen disputas entre reinos, determinan los soberanos y sus líneas sucesorias, avalan o condenan determinados actos y prácticas y se consolidan como garantes frente a terceros. Nace el viejo concepto de que el poder real tiene un origen divino, y será la Iglesia la encargada de señalar esa voluntad divina.




La inquisición 


La Inquisición fue y sigue siendo un tribunal polémico para el gran público. Los historiadores se han ocupado de esta institución de modo científico y sin prejuicios ideológicos, especialmente desde un Congreso internacional celebrado en Cuenca en 1978. Recientemente la Santa Sede ha convocado en Roma a expertos de diversos credos y nacionalidades para clarificar la actuación histórica del Santo Oficio. Sobre este argumento responde para Escritos ARVO, Beatriz Comella, autora del libro La Inquisición española (Rialp, 1988; 3ª edición en noviembre 1999).

El primer tribunal inquisitorial para juzgar delitos contra la fe nació en el siglo XIII. Fue fundado por el Papa Honorio III en 1220 a petición del emperador alemán Federico II Hohenstaufen, que reinaba además en el sur de Italia y Sicilia. Parece que el emperador solicitó el tribunal para mejorar su deteriorada imagen ante la Santa Sede (personalmente era amigo de musulmanes y no había cumplido con la promesa de realizar una cruzada a Tierra Santa) y pensó que era un buen modo de congraciarse con el Papa, ya que en aquella época el emperador representaba el máximo poder civil y el Papa, el religioso y, era conveniente que las relaciones entre ambos fueran al menos correctas. El romano pontífice exigió que el primer tribunal constituido en Sicilia estuviera formado por teólogos de las órdenes mendicantes (franciscanos y dominicos) para evitar que se desvirtuara su misión, como de hecho intentó Federico II, al utilizar el tribunal eclesiástico contra sus enemigos.



La reformas borbónicas 




El fuerte incremento de la población colonial durante el siglo XVII creó nuevas necesidades y problemas que los monarcas Habsburgos no pudieron resolver. La lentitud y la corrupción administrativa caracterizaban la administración colonial. Las potencias rivales, Inglaterra y Portugal, se expandían impunemente e inundaban Sudamérica con mercancías de contrabando. A todo esto hay que añadir el excesivo poder que habían adquirido la aristocracia criolla y el clero, quienes se atrevían a desafiar las disposiciones reales que llegaban al Virreinato del Perú. Los reyes Borbones, principalmente Felipe V y Carlos III, emprendieron la colosal tarea de renovar la vieja estructura colonial que habían dejado los Habsburgos.
La nueva dinastía borbónica decidió aplicar una serie de medidas para revertir la decadencia del imperio español para lo que era necesario algunas reformas políticas, militares y eclesiásticas. La principal preocupación del grupo de ministros encargados de la recuperación fue el progreso económico de las colonias y el país.

Arte y cultura de nueva españa




Un mundo sagrado


La presencia de los españoles en Mesoamérica -además de las razones y beneficios económicos que les reportarían los nuevos territorios- tenía un sentido religioso: ellos recién habían liberado su territorio del islam, poseían una monarquía profundamente católica y, a lo largo de la vida colonial, se transformaron en los defensores del papado y el catolicismo frente a la reforma protestante y las otras religiones. Salvar las almas de los indígenas era una de sus mayores prioridades. El peso del catolicismo en las empresas españolas también se manifestó en una buena parte de sus obras artísticas: su arquitectura, escultura y pintura nacieron y vivieron como un espacio sagrado y como objetos cuyo principal destino era la adoración de Dios.
La fusión de dos culturas
A pesar de la gran importancia que tenía para los españoles el vínculo entre la divinidad y las artes, los habitantes del Nuevo Mundo comenzaron a unir su visión del mundo con las creaciones de los peninsulares: las artes novohispanas no eran españolas y católicas en un sentido absoluto; en ellas, si se observa con cuidado, existe un dejo indígena.

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